En esta unidad nos ha tocado experimentar con el color rosa. La verdad es que me gusta verles las caras los viernes, cuando después de las rutinas de la mañana (pasar lista, poner el tiempo, contarnos...) se dan cuenta que es viernes y que hay actividad plástica, se lo tienen aprendido. Esperan con entusiasmo a que les diga qué tipo de actividad vamos a realizar y debo reconocer que a esta edad son tan agradecidos que cualquier cosa que les presentes con un poco de emoción ellos la aceptan contentísimos y se les aparece una gran sonrisa en la cara. Creo que son de las cosas que más me gustan de mi trabajo con niños, su inocencia, su agradecimiento y la sonrisa que cada día te ponen, ellos son felices y te hacen pasar ratos muy agradables.
Bueno a lo que íbamos, con el color rosa les ha costado un poco averiguar qué colores hay que mezclar para conseguirlo, pero yo iba dando pistas hasta que llegamos a la solución. Mezclamos el color rojo y el color blanco. Hicimos magia y... el color rosa apareció.
Luego coloreamos el traje de ricitos de oro, que es el cuento de la unidad 3.
Os dejo un álbum para que veáis a vuestros hijos y vuestras hijas con la destreza que usan el pincel.
El resultado ahí lo tenéis, su cara de felicidad, alguna que otra mancha y... su traje pintado.